
¿Estamos en condiciones como sociedad de re direccionar nuestro futuro? Las situaciones límites y los momentos de plena incertidumbre son los que resaltan el verdadero carácter de una sociedad, es por ello que en mi opinión sería casi una ilusión optimista creer que desde la sociedad argentina, y creería también latina, se originen aquellas ideas que modifiquen, para bien, el futuro de las generaciones venideras.
Quizás un ejemplo puede contextualizar mi opinión respecto al surgimiento de cambios y nuevos oportunidades desde un pueblo sumiso (o tolerante?), el mismo lo marcó el fallo del STJ sobre la inconstitucionalidad de los peajes, fundamentado en lo declarado en la Constitución Nacional (allá por el 1853 y modificada en el 1994 por ..... )donde se garantiza el libre tránsito y circulación de personas por el territorio nacional, por lo tanto quedó más que claro que las concesionarias de peaje no pueden negar el paso a ningún individuo que quisiera utilizar las mismas e incluso está permitido pasar a través de las barreras sin pagar.
Como para el engaño hacen falta al menos dos, este tipo de sistema se instrumentó en 1990 con la promesa de que mejoraría la red vial, pero solo falta mirar para ver que en muchos casos ha provocado conflictos por la ilegalidad de las tarifas cobradas y el incumplimiento de los concesionarios en lo que a inversión se refiere.
Frente a este, ínfimo y claro atropello, que reacción tomo la sociedad, ninguno. Solo pagar para evitar perdidas de tiempo y mirar hacia abajo para negar la realidad y no ver esté gran negocio montado sobre nuestras “ rutas nacionales “.
La encuesta, realizada a nuestros lectores, concluyó que el modelo actual será transformado por la misma sociedad ( con el 43% de los votos), seguido por los Gobiernos (25%) y las Empresas (25%). Ahora bien un pueblo que hace caso omiso o ni siquiera le presta atención a un fallo en “ su favor “ desde el ente máximo de justicia de la nación y sigue amparando en su cotidianidad este tipo de concesiones y negociados nocivos, no vislumbro un renacer revolucionario o al menos el comentario que busque una manera distinta de lograr las cosas y de una vez por todas comportarnos como una sociedad ordenada y justa.
Es posible que alguien, en desacuerdo con esto, rememore los acontecimientos que la nación argentina sufriera el 20 de diciembre de 2001, donde el pueblo salió espontáneamente a defender sus derechos y garantías civiles, encontrando a estos eventos como el inicio pleno de una nueva etapa de la sociedad, donde renació la esperanza legitimada y auténtica del pueblo trabajador que honra a este país.
Desde mi perspectiva y parecer esa sensación es más un anhelo que una realidad. Fundamento mi opinión en que si bien hubo grupos de lucha que legítimamente se expresaron y mostraron su indignación ( minorías), el principal hecho que llevo a tal convulsión “ popular” fue cuando al parecer se les “ hurgó el bolsillo “ a los ahorristas en el llamado “Corralito” maniobra impulsada por Cavallo. Es decir un interés particular e individual sirvió como vinculó entre las personas “burladas” para estallar en cólera y salir a la calle a reclamar lo que para ellos era legitimo, y en un vale todo mostraron su descontento e indignación al ver como sus ahorros eran confiscados por los que, hasta ese momento, ellos consideraban sus aliados ( en referencia clara a los Bancos y el Estado)
Pero lo que nadie indicó, o nadie decía comprender, era el cómo esos ahorros habían sido obtenidos, qué o quién construyó la oportunidad que favoreciera a los denominados ahorristas a mejorar sus ingresos. He aquí, a mi entender, la cuestión de fondo y motivo del descreimiento en la sociedad y pueblo Argentino. Gracias a una política y a un sistema monetario ilógico, perverso e insostenible que NADIE criticaba, el cual se convirtió en un elemento clave para los ahorristas y que fuera éste quien les permitió llenar sus cajas de ahorro y cuanta caja existiera en la moneda que él quiera.
El sistema monetario fue conocido por mantener una paridad entre el peso y el dólar, en una relación inexistente de uno a uno, en la llamada Convertibilidad, y la política fue netamente conocida por su alto contenido neoliberal y ciegamente fiel al sistema aplicado, utilizando como herramienta la demagogia extrema.
Claro como todo era alcanzable y permitía la reserva de capital y la especulación financiera, nadie o muy pocos veían la gran DESCAPITALIZACIÓN y ENDEUDAMIENTO que estaba sufriendo el país, repito, gracias al modelo al que todos sostenían sin queja alguna y avalaban con sus actividades mercantilistas.
Para remontarse un poco a aquella realidad menciono algunos temas que pasaban tan a la ligera y hoy nos pone de cabeza al mundo y nos excluyen de los principales mercados internacionales, como lo fueron; Las privatizaciones per saltum de YPF, Aerolíneas y Gas del Estado, el crecimiento del desempleo cercano a un 15%, sostenimiento de la convertibilidad a cualquier precio, Plan Bredy, Megacange, Destrucción de la Industria nacional, el derrumbe de las Pymes y del polo ictícola entre otros, Indultos a militares condenados por leyes nacionales, impunidad desmedida, clientelismo, deuda externa del 123%, ventas de armas al Ecuador y Croacia, la explosión de Río Tercero, etc., etc., etc. Nadie quiso ver como este cáncer se consumía a las economías regionales y al Estado, terminado por ultimo con el pueblo y sus ahorros.
Creer en los conceptos de Revolución social o de cambios originados desde la sociedad en la Argentina o en Latinoamérica es quizás una utopía o algo muy cercano a esto, ya que a pesar de los ciclos económicos que hemos sufrido y las profundas traiciones que se han padecido, nada a cambiado. Al parecer sólo los intereses particulares conducen el comportamiento de las organizaciones, los grupos y los individuos, llevando todo a conductas individualistas que alientan el sálvense quien pueda. Conducta que sirve o se utiliza vulgarmente como calificativo de los políticos y gobernantes argentinos, pero en mí pensar, es propia de la idiosincrasia nacional, por lo cual todo se convierte en una misma cosa (Para ser más explicito y graficar la idea, frente a un acto de corrupción o un negocio de alta rentabilidad, en el cual el pueblo o una fracción del mismo se ve traicionado, los reclamos de los perjudicados giran sobre un mismo eje, el de no haber formado parte del mismo más que el de desagrado por lo llevado a cabo) Hay grandes y claros ejemplo de ello, gente que reclama y protesta por no formar parte del “ negocio”, siendo que en una misma situación pero resultando beneficiada, cambia todo su argumento y lo que fuera un acto de cobardía y traición a la patria pasa a ser un acto de justicia y reconocimiento social de lucha.
_Opinión
“No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”, ésta frase que, como se sabe, corresponde a Karl Marx (1818-1883), presente en su obra clásica de Economía “El Capital” (1868), nos lleva a explicarnos o mas bien a comprender, como se va dando esta compleja relación dialéctica entre los aspectos objetivos y la construcción de subjetividad. Los hombres en la producción social de sus vidas, establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad (relaciones de producción), el conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, base sobre la cual se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. Es en ese espacio de búsqueda de satisfacciones de sus necesidades para la existencia donde los hombres se relacionan - en las actividades diarias, en ese transcurrir de la vida cotidiana - todo individuo, desde que nace, construye su singularidad de modo naturalizado. Tener en cuenta las dimensiones económicas, políticas, culturales y sociales a la hora de conocer qué es lo que nos pasa o porqué nos pasa lo que nos pasa en nuestra sociedad - sobretodo en los momentos de crisis - resulta imprescindible ya que nos permite ampliar nuestro análisis o lectura, no sólo de los hechos que acontecen, sino también, porque los mismos inciden en cada uno de nosotros como actores sociales de manera particular. Las significaciones sociales van a ser distintas de acuerdo con el lugar que ocupe, en la estructura económica, cada uno de nosotros.
_Una simple Reflexión
Sería primordial que Argentina supiera quién es y a su vez quisiera ser lo que sabe que puede ser. El famoso proyecto nacional, deberá manar del cómo se ve Argentina a sí misma. Aunque también creo que como decía Borges, tenemos tantas Argentinas como argentinos, según quien habla de Argentina, habla de un país distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario