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domingo, 3 de diciembre de 2017
siempre falta...
Siempre falta…
Partir de una frase permite formular una base o punto de apoyo donde comenzar una reflexión e interpelar ese pensamiento, al cual seguramente cada uno le asignará una interpretación. La idea de siempre falta nos puede llevar al menos a los opuestos, las cosas no tiene un final, por lo cual se abandonan o se eternizan. Una nos posiciona en lo efímero y la otra en la perpetuidad. Una paradoja o simplemente dos alternativas.
Pensando en la perpetuidad se me viene a la mente la imagen de la zanahoria en la cabeza del buey lo cercanamente próximo pero distante, lo accesiblemente imposible. Mientras que lo efímero se recude a la cotidianidad aquella frase del todo pasa, total siempre falta…
Leonardo da vinci decía que una obra de arte nunca se termina sino que solo se abandona… siempre falta. Por lo tanto una obra no tiene fin, o quizás no tenga un solo fin. Nos hemos distraído en darle a todo una conclusión, una certeza, una dirección un orden. Hemos pensado que todo está vinculado en la causa y su efecto, desterrando la idea del porque si o porque no. Si siempre falta nunca alcanza, si siempre falta todo tiene otra manera de hacerse y su final es a cada momento o imperecedero.
Siempre falta…. La pregunta que surge es para llegar a donde?, se preguntara el buey si quiere llegar o a donde lo conduce su deseo de saciedad? Pude detener su marcha y pensar que nunca alcanzara lo tan cercano? Debe una obra de arte abandonarse? en qué momento debe ser abandonada? Hay un momento o una circunstancia que define los tiempos? Pero en todos los casos siempre falta.
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