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domingo, 3 de diciembre de 2017

siempre falta...

Siempre falta… Partir de una frase permite formular una base o punto de apoyo donde comenzar una reflexión e interpelar ese pensamiento, al cual seguramente cada uno le asignará una interpretación. La idea de siempre falta nos puede llevar al menos a los opuestos, las cosas no tiene un final, por lo cual se abandonan o se eternizan. Una nos posiciona en lo efímero y la otra en la perpetuidad. Una paradoja o simplemente dos alternativas. Pensando en la perpetuidad se me viene a la mente la imagen de la zanahoria en la cabeza del buey lo cercanamente próximo pero distante, lo accesiblemente imposible. Mientras que lo efímero se recude a la cotidianidad aquella frase del todo pasa, total siempre falta… Leonardo da vinci decía que una obra de arte nunca se termina sino que solo se abandona… siempre falta. Por lo tanto una obra no tiene fin, o quizás no tenga un solo fin. Nos hemos distraído en darle a todo una conclusión, una certeza, una dirección un orden. Hemos pensado que todo está vinculado en la causa y su efecto, desterrando la idea del porque si o porque no. Si siempre falta nunca alcanza, si siempre falta todo tiene otra manera de hacerse y su final es a cada momento o imperecedero. Siempre falta…. La pregunta que surge es para llegar a donde?, se preguntara el buey si quiere llegar o a donde lo conduce su deseo de saciedad? Pude detener su marcha y pensar que nunca alcanzara lo tan cercano? Debe una obra de arte abandonarse? en qué momento debe ser abandonada? Hay un momento o una circunstancia que define los tiempos? Pero en todos los casos siempre falta.

martes, 24 de agosto de 2010

sábado, 30 de enero de 2010

La crisis es resistencia al cambio

El tema de la crisis se impone porque, más allá de que el país haya logrado superar la instancia especialmente grave que vivimos apenas unos años atrás, solemos apelar a ella para designar innumerables procesos de cambio, a los que interpretamos como procesos de deterioro cerrándonos la posibilidad de captar en ellos el sentido de un movimiento más amplio, capaz incluso de dar lugar a experiencias nuevas y valiosas.

Una manera habitual y sugestiva de pensar el tema de la crisis es la de exponer el sentido de oportunidad que se esconde tras la sensación de peligro. De esa forma logramos apartar el temor que caracteriza la mayor parte de nuestras aproximaciones al mundo y accedemos a la posibilidad de armar figuras interpretativas más osadas. Sin desestimar la valiosa perspectiva de concebir a las crisis como momentos de oportunidad, pretendo avanzar en otra observación, que expongo a continuación:

Premisa: Las crisis se producen por insistir en afirmar algo que ya no tiene vigencia, que está –como se diría de la leche o de la factura de un servicio- vencido.

Algo está vencido (podemos pensar que en lo está en el doble sentido de la palabra, porque le llegó su fecha de extinción, como dijimos, pero también porque ha sido derrotado por otro elemento más vigente) cuando la experiencia que vehiculizaba ya no es una experiencia real, cuando ya no se elabora nada en ella, y queda más bien como una representación o símbolo vacío. Y lo peor es que, como símbolo, cumple el efectivo pero lamentable rol de representar el temor del cambio, la atadura a un refugio y una seguridad que por más deseable que parezcan ya no son posibles. Muchas cosas que están en crisis, que han perdido vigencia, siguen entonces afirmándose con cierto fanatismo como maneras de intentar detener el tiempo, agravando de esa forma el aporte de parálisis y muerte que toda pérdida de vigencia supone.

Aplicaciones de la idea, ejemplos para explorar su uso:

  • una pareja está en crisis cuando pretende seguir siéndolo de manera formal, sin el calor que la fundaba (calor de excitación y calor de intimidad), cuando sus miembros niegan el vencimiento y persisten en el vacío de un sentido ya sólo representado por una unión sin interés, cuando temerosos de lo que pudiera pasar si aceptaran el final prefieren que su vida sea una simulación y no una realidad. (Sí, hay crisis tras las que la experiencia renace, es verdad, pero creo que hay que aceptar que si lo hace es porque se adoptó una forma nueva, porque hay una nueva apuesta, distinta, y una nueva experiencia que se inicia, porque se aceptó el fin de una situación y se logró gestar otra distinta).
  • Un país entra en crisis cuando no es capaz de aceptar los cambios de época, cuando tiene un pensamiento que insiste en sostener que lo que está mal no es el país ni el pensamiento si no la realidad misma, a la que describe como defectuosa, realidad que va para donde se le canta en vez de preguntar, que hace lo que le surge en vez de consultar las conveniencias (planteo absurdo pero que vive en las mentes de muchos).
  • Un país entra en crisis cuando sigue buscando dar vida a actores sociales que están muertos (peronismo, socialismo, pueblo, oligarquía, etc), cuando pretende poner en duda el enfoque liberal (que es el único de probada eficacia, capaz de producir riqueza social, tal como se muestra en los países más capaces a la hora de eliminar la pobreza), cuando coquetea en su opinión pública con el probado fracaso del ideal de “luchar contra la opresión” y no se da cuenta de que está sobre todo oprimido por su propia idiotez y no por la fuerza de otros.
  • La educación entra en crisis cuando quiere creer que el mundo sigue igual, que no existe la tele ni internet, que la información está guardada en la sala de profesores y cuando cree que los valores siguen siendo los que estaban vivos hace 100 años. La educación entra en crisis cuando no es capaz de replantearse el concepto de cultura, y cree que las nuevas generaciones carecen de su propia versión de la misma, cuando cree que su desprecio de las nuevas formas es justificado, que sirve al alto propósito de formar, cuando es en realidad ignorancia de adultos que no saben leer la renovación de la vida.
  • La moral entra en crisis cuando quiere seguir diciendo lo mismo que parecía importante en otra sociedad, en otra familia, para individuos con una conformación mucho menos libre que la de hoy. Cuando cree que los mismos valores que tuvieron sentido y utilidad hace 50 o 100 años deben continuar rigiendo nuestras realidades hoy, cuando no se da cuenta de que los valores son en realidad instancias vivas, en movimiento, encargadas de representar y sostener nuevos modos de vida en constante transformación y no imágenes congeladas a las que someterse.

Las crisis señalan un cambio y se resisten a él, lo denuncian como indebido cuando deberían aceptarlo como dado y legítimo. El cambio lo domina todo, y nosotros creemos muchas veces que es meritorio resistirse. Esa lamentable perspectiva hace que perdamos potencia de vida, que despreciemos nuestro propio deseo y creamos que los avances tienen que ver con la seriedad y no con la invención, la osadía, el movimiento, lo nuevo de una realidad que no sabe sino afirmarse a sí misma en un desborde que nos resulta amenazante pero no lo es tanto.

A.Rozitchner

sábado, 23 de mayo de 2009

GRIPE... el manejo de la OMS


El descubrimiento de los antibióticos -en sucesivas "generaciones" desde la penicilina en adelante, o sea desde los años 1940- casi hizo desaparecer las enfermedades infecciosas del panorama mundial. Una de las más graves -la viruela- había sido una de las principales herramientas de la "limpieza étnica" de América por los europeos (generalmente de modo involuntario, pero también usando la enfermedad como arma biológica a plena conciencia). Pero mediante la vacunación generalizada desde 1800 se logró eliminar su incidencia por completo, hasta declararla extinta después del último caso registrado en Somalia en 1977. La temida peste bubónica, que diezmó a la población europea en varias ocasiones en la Edad Media, ha desaparecido; la lepra -maldición bíblica- ha perdido gran parte de su fama discriminatoria; la tuberculosis desapareció de las clases altas y perdió gran parte de su distinción para reaparecer ahora con nueva virulencia entre los pobres.

De modo que las principales causas de muerte en los países desarrollados pasaron a ser las enfermedades degenerativas: las cardiovasculares y el cáncer. En los países pobres, por supuesto, las infecciosas siguen dominando, por lejos. Particularmente dos: el sida y el hambre; además de la guerra, que completa el conjunto de los jinetes del Apocalipsis. Se habla poco de esas plagas mundiales cuando aparece una muy publicitada "pandemia". Como la actual, la gripe porcina.

En los últimos años se han producido varias "pandemias" -epidemias mundiales- que han generado mucho más miedo y daños económicos que lo que justificaba su importancia real. La que nos "azota" ahora -la gripe porcina, estéticamente llamada A H1N1- produjo unos pocos muertos en el mundo, un derrumbe de la economía mexicana y ataques de histeria por doquier. Un alto funcionario de la OMS dice que un tercio de la humanidad podría contraerla. Obsérvese la forma de expresión: "Podría" y "contraerla". La gente no suele hacer sutiles interpretaciones: empieza por asustarse y -por ejemplo- prohíbe los vuelos a México y deja de comer carne de cerdo. La mortandad de la enfermedad es desconocida pero baja, pero la histeria aumenta por las hipótesis de lo que "podría" ocurrir si la gripe común se combinara con la porcina. Pero si uno lee sin mayor crítica esos datos, uno se imagina un tercio de la especie muriendo de gripe porcina, un holocausto nunca visto en la historia.

No minimicemos la gripe, sin embargo hay antecedentes alarmantes: la "gripe española" de 1918 mató más gente que la Primera Guerra Mundial? pero aún no había defensa alguna contra ella y los pueblos europeos estaban exhaustos y desnutridos por la reciente guerra. Y los que tienen su sistema inmunológico en mal estado, como los ancianos pobres y los niños desnutridos, pueden morir de gripe común: no se necesitan los chanchos para que la gripe común mate a medio millón de personas por año, y nadie grita ¡pandemia!

Sin embargo, hay cosas que no se dicen y que deberían decirse para poner esta "pandemia" (definición arbitraria de la OMS, basada solamente en el número de países en los que se han registrado enfermos) en una perspectiva más general. Hace unos años, era la gripe aviar, que creó la misma ola de histeria pero que sólo costó la vida a unas pocas docenas de personas y a incontables millones de pollos que fueron muertos "por las dudas", así como lo fueron millones de vacunos por unos pocos casos reales de la "vaca loca". No es que quiera minimizar la muerte: todo ser humano debe ser contado, pero pongamos las cosas en una perspectiva más alejada de la histeria como la que se está generando en el mundo con este tema.

La perspectiva que quisiera enfocar tiene dos aspectos: uno es histórico. En el siglo XIX hubo varias epidemias de cólera en Europa. Solamente en una ciudad, Hamburgo, el cólera costó la vida a 10.000 personas. En esa época, casi la mitad de los que contraían la enfermedad moría. Hace unos años hubo un brote de cólera en Perú, que también afectó el NOA y desató, también, una ola de histeria en algunas poblaciones. Aparte del hecho de que es una vergüenza de que gran parte de la población no tenga acceso a agua potable -ya que la transmisión de la infección se produce a través de aguas contaminadas- la tasa de mortalidad no fue superior al 2%. En este caso, el tratamiento es barato: agua y sales. En el 2007 hubo una epidemia de cólera en Irak: otra vergüenza que probablemente cae sobre las espaldas de las tropas ocupantes. Pero sobre 10.000 enfermos hubo sólo 8 muertos, una tasa de mortalidad 400 veces menor que la de la epidemia de Hamburgo.

Frente a esto, mencionemos algunas otras causas de muerte. Dejemos de lado las guerras, cualquiera de las docenas de batallas que asuelan a todos los continentes menos la Antártida. En la Argentina mueren 8.000 personas por accidentes de tránsito, y cruzar una calle es más peligroso que la gripe porcina y se hace sin barbijo. En el 2008 murieron 300.000 personas de malaria. En el 2005, 1.300.000 de tuberculosis. Anualmente, unos 15 millones mueren simplemente de hambre, y de éstos, tres cuartos son niños y nuestro orgulloso país tiene su cuota, aunque las palmas se las lleva África. No se sabe bien cuántas víctimas fatales se deben atribuir al mal de Chagas-Mazza, pero un 5% -dos millones- de compatriotas nuestros está infectado y muchos dejarán de vivir por las consecuencias, aunque nunca se sabrá cuántos, porque mueren, por ejemplo, de endocarditis.

Todas estas hecatombes no alarman a nadie, ni crean histeria y sólo son datos estadísticos. Cuando el sida era una novedad, también se produjo una histeria discriminatoria -hasta que se logró controlar la infección y conseguir "vivir con el HIV"- a un costo que los africanos -siempre los africanos, 15% de los cuales está infectado- no pueden pagar.

El sida es la primera causa de muerte entre los 15 y 60 años de edad. Nadie contó a los niños africanos que quedaron huérfanos por el sida y de los que muchos fallecerán por la misma causa. Cerca de tres millones de muertos resultaron de la infección de HIV el año pasado. Actualmente el síndrome se extiende en Europa oriental. Casi seis millones de infectados dejarán de vivir en un próximo futuro si no son tratados: pero sólo el 10% de ellos tiene acceso al tratamiento, que es excesivamente caro para la mayoría. (1) Pero el sida ya no está de moda.

El mal de Chagas no tiene una vacuna ni un medicamento que lo cure, porque es otra de las enfermedades de la pobreza y los pobres no tienen dinero para financiar a las empresas multinacionales comprando sus productos.

La malaria plantea un problema ecológico interesante. Es una de las enfermedades endémicas en todas las zonas tropicales y avanza en función del cambio climático, como el dengue que se nos viene encima. "La culpa la tiene el mosquito", dijo cierta ministra de Salud provincial que ahora aspira a ser diputada. De todos modos, los malvados mosquitos se pueden combatir con limpieza y "descacharreo", y también con insecticidas; durante la Segunda Guerra Mundial se empleó en gran escala el DDT y la malaria prácticamente desapareció del SE de Asia, donde los estadounidenses combatían con Japón y sus tropas debían lidiar con la malaria. Después, la incidencia de la malaria bajó enormemente, hasta que se descubrió que el DDT y otros insecticidas clorados dejaban residuos ecotóxicos de muy larga vida, y el DDT y sus parientes fueron prohibidos en todo el mundo. Inmediatamente, reapareció la malaria, una de las grandes causas de mortalidad en el trópico. Tiene remedios (tradicionalmente se combate con quinina) y preventivos, pero -una vez más- los pobres del África no tienen con qué comprarlos.

Mientras tanto, las acciones de las grandes empresas transnacionales farmacéuticas suben más en su valor, mientras más muertes haya.

(1) En nuestro honor sea dicho que la Argentina es uno de los pocos países que suministran el tratamiento gratuitamente en los hospitales público

TOMÁS BUCH

viernes, 1 de mayo de 2009





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lunes, 27 de abril de 2009

Una idea , una accion, un pais


Después de tanto tiempo algo me llamo la atención y creí que era necesario dejar por escrito mi inquietud, quizás alguno lo lea y me ayude a entender un poco las cosas. Es decir, que al menos halla dos que pensemos lo mismo seria un avance. El alarmante pensamiento de Santayana de que “los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo” tiene, por lo menos, tanta relevancia en el mundo de las ideas como en el mundo de la acción. Esta es una razón por la que releer es importante como leer.

Esta duda comenzó cuando comencé a estudiar y relacionar la actualidad con los escritos de un olvidado pero interesante sociólogo escritor ,Raymond Aron, quien escribía halla por los cuarenta cosas como:

“El despotismo se ha establecido a nombre de la libertad con tanta frecuencia que la experiencia nos dice que debemos juzgar a las personas por lo que hacen y no por lo que dicen”

O citas claras y actuales como:

“ Cuanto mayor superficie de la sociedad cubra el estado, menos posibilidad tendrá de ser democrático “

El motivo de la inquietud nace al mirar el almanaque y recordar que en un par de meses se producirán nuevas elecciones nacionales , las cuales poseen un valor muy variado dentro de la sociedad; muchos le asignan un pobre valor ya que son cargos legislativos ( se votara para diputados nacionales, y en algunas provincias para senadores ),otros le restan valor al ignorar y al desconocer que va a suceder , mientras otros reconocen esto como una gran oportunidad de poder futura .

Intentando lograr una lectura algo prescriptiva , en mi opinión la situación tomara una alta trascendencia este próximo 28 de junio y de gran importancia para el futuro del país, la cual puede convertirse en un destino negativo sino existe compromiso social de los votantes. ( Será bueno plantearse el verdadero origen de nuestras convicciones e ideales, para así desterrar las ideas superficiales personalistas)

Paso a explicar; una amplia mayoría piensa que el rumbo del país se define en una elección presidencial ( ejecutivo) la cual tendrá lugar recién en el 2011 y quizás tengan razón, ahora bien cabe aclarar que las políticas de estado presentes pueden generar modificar y/o anular cualquier intento futuro de cambio, persiguiendo objetivos claros que favorecen ciertas estrategias de poder, con lo cual llegado el momento de elegir las posibilidad de cambio institucional sean casi imposibles. Y en esto si el Poder legislativo es responsable.

Avanzo en la explicación, según nuestra constitución el poder legislativo elabora y modifica las leyes existentes de acuerdo a la opinión de los ciudadanos; siendo una de las tres ramas en que tradicionalmente se divide el poder de un Estado. Su función específica es la aprobación de las leyes.

Es decir, si logran nuevamente una mayoría en las bancas oficialistas ( como hoy la poseen) podrán seguir impulsando sus devastadoras ideas, y quizás hasta instalar una nueva ley electoral impulsando y consiguiendo , como ya hicieron en Santa Cruz, la Ley de Lemas para así perpetuar su clan en el poder.

Solo basta con buscar información para saber lo que ocurrió en Santa Cruz, en donde reina el despotismo K ( situación que se repite en muchas provincias nacionales con distintos nombres pero igual situación).

Para explicar un poco la gravedad de la cosa La Ley de Lemas se caracteriza por :

Cada partido político o coalición de partidos es un lema;

· Cada lema puede tener varios sublemas (listas de candidaturas de candidatos agrupados entorno al lema pero con énfasis políticos diferentes del partido/lema o con una organización propia dentro del partido/lema. Situación típica del sistema político del Uruguay).

En las elecciones funciona de la siguiente forma:

· Se presentan candidaturas de los sublemas agrupados en torno a un lema;

· Los electores escogen la lista de candidatos (sublema) de su preferencia;

· En el conteo de votos se suma todas las preferencias de los sublemas al lema entorno al cual están agrupados;

· Dependiendo del número de cargos a llenar:

· Plurinominal (por ejemplo elección de legisladores en distritos con 2 o más escaños por llenar). Se usa un sistema proporcional. Se asigna los cargos según la cantidad de votos de los lemas y posteriormente dentro de cada lema se asigna a cada sublema los correspondientes cupos según su representatividad;

· Uninominal (elección de una sola autoridad o cargo por ejemplo Presidente o Gobernador). Se declara ganador, por mayoritaria simple, el lema más votado. Al interior del lema ganador es electo el sublema más votado.

Volviendo a la idea central que pretendo explicar, tenemos como pueblo una nueva oportunidad para tomar una acción correctiva en el rumbo del país, lo que implica involucrarse con el mismo y su fututo ( nuestro futuro), debemos dejar de mirar de afuera o engañarse con ciertas cortinas de humo que surgen de los medios, y aunque sea en estos momentos de elecciones buscar un país distinto.

Es mi cometido elevar la importancia de este 28 de junio, y dejar en claro el país que queremos, aunque se también que es muy difícil consensuar una idea de país. Lo que si estoy seguro es que nadie puede negar;

_ Cae el nivel de actividad económica

_ Cae el empleo

_ Se derrumba la recaudación

_ El ANSES financia el déficit con dinero prestado ( jubilaciones)

_ Aumenta la fuga de capitales

Y todo lo que socialmente esto genera

Además también estoy seguro de que un país que pretende vivir de impuesto no tiene gran vuelo, y como decía Winston Churchill ( 1874 - 1965)

“ una nación que intenta prosperar a base de impuestos es como un hombre en un cubo que intenta desplazarse tirando del asa”

Aunque esto merece ser tratado con mayor amplitud.

Es por esto que los invito a decidir y votar por el país que pretenden. Implicarse con sus ideas y con el país pueda quizás servirles a los que vienen a re pensar y levantar la nación. Hoy es trabajo y lucha.

“Es como escogemos entre el bien o el mal lo que determina nuestro carácter y no nuestra opinión sobre el bien y el mal.”

Aristóteles

jueves, 10 de julio de 2008

Las retenciones son el impuesto de mayor injusticia social en la actualidad


Supongamos un escenario donde todos los ciudadanos debemos aportar el 35% de nuestros ingresos al gobierno, tanto el que gana 3.000 pesos como el que percibe 10.000. A simple vista consideraríamos que se verá más perjudicado aquel que perciba un menor ingreso, al disponer de menos recursos y verse afectado en mayor medida su poder de compra.

Consideremos ahora el caso de un ciudadano soltero, propietario, con vehículo y sin familiares a cargo que percibe un sueldo de 3.000 pesos y el de otro, jefe de familia con sus padres a cargo que alquila una vivienda, con un hijo en la facultad y otro con una grave enfermedad que lo mantiene internado, lo cual representa importantes costos de atención y medicamentos, que gana 10.000 pesos. ¿Quién se ve más perjudicado por la merma de sus ingresos?

Salvando lo burdo de la comparación, esto mismo sucede hoy con las retenciones al sector agropecuario, el impuesto de mayor injusticia social en la actualidad.

La retención a un grupo inversionista puede determinar la quita al pequeño propietario rural que les arrienda, al no contar con una política crediticia que le permita generar las condiciones adecuadas para hacer rentable su unidad productiva por propia administración.

Un productor puede generar una "renta extraordinaria" en su cultivo de soja y usarla para subsidiar el tambo que heredó de sus abuelos y se niega a cerrar.

Cada caso es particular, y existe un sinfín de condicionamientos que hacen a cada situación distinta y única. Por eso, a pesar de tratar de maquillar la resolución 125 con segmentaciones por volumen de producción, superficie cultivada, zonificaciones, reintegros varios, devolución de fletes, etcétera, seguirá siendo injusta para gran parte de la producción.

Nadie está en contra de que aquel que obtenga una ganancia mayor aporte más al Estado. Para eso tenemos el Impuesto a las Ganancias, que debería ser modificado si se lo considera ineficaz, pero es un forma de gravar sobre la ganancia real del contribuyente.

De todas formas las retenciones -o impuesto aduanero- pueden tener cierta justificación cuando se aplican para alentar producciones alternativas que se encuentran en desventaja. También, para garantizar precios internos diferenciales de los de exportación y mantener una canasta familiar accesible. No obstante, las retenciones continúan siendo arbitrarias, por lo tanto no deberían significar un porcentaje que influyera sustancialmente en la ganancia de la producción. Aquí nada de esto se cumple. Se las justificó en un primer momento para las explotaciones alternativas, aunque basta con ver el estado de éstas -lechería, ganadería, fruticultura, regionales, etcétera- para descubrir la falacia de esta afirmación.

Luego se argumentó que servían para mantener los precios de "la mesa de los argentinos", cuando por tevé se pueden ver los valores de los remates de hacienda en pie, en algunos casos con plazos hasta un año, y el precio que percibe el tambo por el litro de leche y compararlos con los de las góndolas del supermercado -el INDEC del pueblo-. Esto, sin ahondar en detalles como que hoy el precio de la hacienda es el mismo que hace dos años atrás o que cada litro de leche salido del tambo representa por lo menos dos litros de sachet para consumo.

Como si esto fuera poco, tenemos que escuchar a nuestro ex presidente explicar cómo sin estas retenciones pagaríamos 15 pesos por el kilo de pan y 60 por el de carne respectivamente, en una muestra de absoluta falta de respeto a la materia gris del pueblo argentino. Por último, en uno de sus últimos exabruptos verbales confesó la necesidad del aumento para hacer frente a compromisos de deuda externa. Considerando que esta diferencia apenas alcanza al 1% del total del presupuesto, sólo se puede entender como causa del terrible despilfarro y de la falta de previsión la insaciable voracidad fiscal del gobierno.

Hago votos para que nuestra clase dirigente recupere una cuota de sentido común que nos permita dejar a un lado este capricho que mantiene en vilo al país, paralizando uno de los sectores productivos más importantes con la consiguiente retracción económica, las pérdidas -que han superado con creces lo que se pretendía recaudar- y un costo internacional imposible de cuantificar.

El pueblo está cansado de plazas, movilizaciones, cortes de ruta, concentraciones y discursos. Deben entender que no están en campaña. Tienen una responsabilidad con el pueblo que los votó -y también con el que no-: legislar y solucionar los problemas realmente importantes -que no son pocos- en lugar de estar saltando en una plaza o con discursos con los que nos quieren explicar por qué la soja es un yuyo, el uso del glifosato y que la producción agropecuaria es de "bajo riesgo" o marcando antinomias de fantasmas golpistas y oligarcas sin entender que pasó mucha agua bajo el puente desde "Braden o Perón".

La gente quiere volver a trabajar en paz y la obligación de nuestros representantes es tratar de mejorar un país que los va a trascender en el tiempo, siendo conscientes de que con su accionar pueden provocar un daño irreparable o darnos la posibilidad de brindarles un futuro mejor a nuestros hijos.